Es bastante habitual recurrir a las plantas como elemento decorativo en cualquier estancia, hogar, local comercial o edificio de oficinas.
Las plantas y jardines han formado parte de la estética de interiores y exteriores desde tiempo inmemorial, la belleza que ofrece la naturaleza en sus infinitas formas ha conjugado a la perfección con los más variados estilos estéticos.
Ahora, los amantes de los detalles naturales, diseñadores de interiores, decoradores de todo tipo, tienen un nuevo aliado, los jardines verticales con plantas vivas.
Efectivamente, una nueva herramienta decorativa llamada a ser toda una revolución en el campo de la decoración, tanto por su efecto estético, completamente diferente, como por su aporte a la salud y al bienestar de los que los tienen cerca y los disfrutan.

¿Qué es un jardín vertical?
En líneas generales, un jardín vertical no es otra cosa que un sistema de jardinería al que se le van añadiendo diferentes especies vegetales, instalándose sobre una superficie vertical en lugar de la tradicional en horizontal. En otras palabras, se trataría de una pared sobre la que se incorpora un jardín, es decir, un sistema revolucionario para aumentar la carga de naturaleza en los entornos humanos.
Estos sistemas se pueden instalar tanto en interiores como en exteriores. Considerados como la mejor manera de optimizar los espacios, ampliando los metros disponibles para llenarlos de verde naturaleza, aunque se usan con especial predilección en las zonas urbanas.
Estas cubiertas no solo son una magnífica opción decorativa para todo tipo de inmuebles, proporcionan, además, un buen número de beneficios de todo tipo, tanto a la salud como económico y a nivel social.
Beneficios de los jardines verticales
Como cabe suponer, un espacio lleno de naturaleza produce beneficios directos a la salud, tanto física como psicológica, pues no solo se está purificando el aire de forma natural, sino que, de forma innata, cuando las personas habitan entornos llenos de vida, son más felices sin proponérselo.

En cualquier caso, estos son los beneficios que se reciben cuando se comparten espacios con los jardines verticales.
1. El aire se purifica
Como ya se ha indicado, la purificación del aire es el primer valor que adquiere el lugar donde se instalan estos jardines.
Las plantas van a filtrar las partículas más nocivas que porta el aire, además de convertir el CO2 en oxígeno creando un entorno mucho más respirable. Aproximadamente, 1 m2 de fachada vegetal va a limpiar de CO2 al año unos 2,3 kg y, en su lugar, va a repartir nada menos que 1,7 kg de oxígeno.
2. Capacidad aislante, tanto térmica como acústica
Efectivamente, esta capa de plantas va a ser capaz de absorber hasta el 50 % de la luz solar y reflejar solo el 30 %. Un efecto que consigue crear, de manera económica, un clima más fresco y agradable en verano.
Especialmente útil en interiores cerrados en los que se va a reducir el uso del aire acondicionado hasta en un 33 %, con el consiguiente ahorro energético y la reducción en la factura mensual. Si se trata de instalaciones urbanas, las fachadas vegetales tienen una influencia de gran calado sobre la isla de calor que se produce en las ciudades, en general. Pueden llegar a reducir hasta en 3ºC la temperatura.
En cuanto a la capacidad de reducir el ruido ambiental, también proyecta un efecto notable. Una cubierta vegetal puede llegar a absorber hasta un 41% más de ruido que lo haría una fachada normal, creando un lugar más relajado, con un efecto positivo antiestrés tanto dentro como fuera del propio inmueble.
En cómputos globales significa una disminución de 8 dB, es decir, el ruido ambiental baja hasta la mitad.
3. Ambiente de trabajo saludable e incremento de la producción
Está comprobado que los entornos donde abunda la naturaleza crean ambientes más saludables, llenando de alegría y vitalidad la vida de quienes los ocupan.
Las quejas, las irritaciones oculares, los dolores de cabeza, el cansancio o los dolores de garganta descienden drásticamente. Este ambiente disminuye, por tanto, las bajas por enfermedad.
La consecuencia lógica de esta situación es un aumento del nivel productivo por parte de los trabajadores. Se estima que los entornos de trabajo con naturaleza como compañía logran aumentar hasta en un 15 % la productividad y los empleados aumentan su nivel de satisfacción con su puesto de trabajo.
4. Sensación de bienestar y entorno curativo
Efectivamente, los jardines verticales no solo producen salud por la limpieza del aire, también producen una recuperación más rápida en los pacientes, es decir, estancias en los hospitales o periodos de baja más cortos.
Sorprendentemente, las personas toleran más el dolor cuando están rodeados de naturaleza, es lo que se conoce como entorno curativo. Así mismo, el efecto positivo en el bienestar de las personas es notable, ofrece sensación de relajación y es un sistema antiestrés de gran eficacia.

En relación a las instalaciones en los entornos urbanos, es destacable el efecto positivo que ejerce sobre la sociedad en general.
Los entornos verdes colaboran en la cohesión social de los barrios, sufriendo menos agresiones, destrozos, violencia o actos vandálicos. En general, los entornos naturales unen a las personas.
5. Resistencia a los incendios
Las plantas, cuando están verdes y sanas, poseen una cantidad elevada de humedad. Esto, por sí mismo, actúa como un muro natural en caso de fuego en las instalaciones.
Algunos instaladores de estas coberturas vegetales cumplen con los estándares europeos más elevados de seguridad contra incendios (B-s2).
6. Alarga la ida útil de las fachadas y aumenta el valor económico del inmueble
Cuando una fachada se encuentra cubierta por un muro vegetal, esta se protege de los efectos climáticos; cambios bruscos de temperatura, los golpes de la lluvia y el viento, las fluctuaciones del sol… provocando un aumento de la vida útil de la fachada.
Este factor de protección, además de ofrecer un aspecto de gran belleza, natural y sostenible, junto al hecho de la reducción en los costes energéticos, produce, invariablemente, un aumento en el valor de la propiedad.
7. Aumento de la biodiversidad y reserva de agua de lluvia
Estos muros verdes son pequeños ecosistemas, sus plantas crean entornos ideales para el hábitat de insectos de todo tipo e incluso para aves.
Crean entornos ecológicos perfectos en ciudades donde el hormigón, el cristal y el asfalto son la norma e impiden el desarrollo de toda vida.
Además, estas fachadas vegetales absorben el agua de lluvia, las plantas y el sustrato que lo componen actúan como reservas naturales de agua, lo que hace que se retrase la descarga hacia el alcantarillado, purifica el agua y hace que parte se evapore a través de las hojas.
En definitiva, es una herramienta que estabiliza el nivel de las aguas subterráneas y reduce la carga que soporta el sistema de aguas residuales urbano. Así mismo, disminuye el riesgo de que se produzcan inundaciones.